This poignant poem, written by the author Mirtha Luz Pérez Robledo, whose daughter Nadia Vera was tragically pursued and murdered by the government of the State of Veracruz, reflects deep pain and a quest for redemption through words. The author places the heart of her beloved daughter on paper, sowing it like a seed, as an act of connection and preservation of her memory.

The poem delves into the desire for justice and yearns for a reality where mother and daughter can walk together down a street, sharing laughter and conversations. The author seeks more than just justice; she desires a street that symbolizes safety and freedom, especially for women, a space without fear, akin to a secure place within the pages of a book.

This piece was composed for the female vocal ensemble Tuúmben Paax and their director Rodrigo Cadet. As Nadia was a close friend of the composer, the work has been filled with diverse expressions but with the primary goal of envisioning the author’s words reflected in reality in the future, recognizing that such a place is nonexistent in this country of lost shadows. Adding some choreographic elements that reflect the expressiveness of the text is recommended.

Este conmovedor poema, escrito por la escritora Mirtha Luz Pérez Robledo, cuya hija llamada Nadia Vera fue trágicamente perseguida y asesinada por el gobierno del Estado de Veracruz, refleja un profundo dolor y una búsqueda de redención a través de las palabras. La escritora deposita el corazón de su amada hija en el papel, sembrándolo como una semilla, como un acto de conexión y preservación de su memoria.

El poema explora el deseo de justicia y anhela una realidad en la que madre e hija puedan caminar juntas por una calle, compartiendo risas y conversaciones. La autora busca más que simplemente justicia; desea una calle que represente seguridad y libertad, especialmente para las mujeres, un espacio sin miedo, similar a un lugar seguro como dentro de las páginas de un libro.

Esta obra fue escrita para el ensamble vocal femenino Tuúmben Paax y su director Rodrigo Cadet. Al ser Nadia una amiga cercana del compositor, ha sido una obra llena de diversas expresiones pero con la principal finalidad de ver en un futuro ver reflejado en la realidad las palabras de la autora, sabiendo que es un lugar inexistente en este país de sombras perdidas. Se recomienda agregar algún aspecto coreográfico que refleje la expresividad del texto.